Se llama retrofit a la labor de realizar una renovación de los elementos de una luminaria con la finalidad de implementar nuevas tecnologías, sin modificar la instalación original. El reemplazo puede realizarse de dos maneras: cambiando las fuentes de luz por tecnología LED o haciendo una sustitución completa de las luminarias por modelos similares de versiones recientes.
Sin embargo, este proceso requiere de varias consideraciones para evitar inconvenientes o que el espacio sea modificado de forma no deseada. A continuación enlistamos algunas de ellas que pueden evitar malos momentos, además de pérdida de tiempo y dinero.
Óptica o ángulo de apertura
Una de las grandes ventajas del LED es el control de las ópticas, pero esto podría convertirse en un problema si no se realiza de manera premeditada. Ya sea reemplazo de luminaria o de lámpara, es importante conocer la óptica, pues si se elige un ángulo menor al que se tenía instalado, el espacio se tornará oscuro en las zonas más alejadas, sin importar que el flujo luminoso sea igual o mayor.
Verificar el flujo luminoso
Con el uso de tecnología LED ha sido necesario poner atención en el flujo luminoso, ya que anteriormente solo se daba importancia a los watts que proporcionaban las fuentes de luz. Por esa razón, el etiquetado de las lámparas de LED señala a cuántos watts equivale si se compara con una lámpara halógena.
Al momento de elegir alguna lámpara es importante conocer el flujo luminoso, así como verificar que los datos del fabricante sean confiables, ya que algunos pueden alterar dicha información. Además, si es posible, deben comprobarse las características de las luminarias o lámparas que se encuentran colocadas en la instalación, dado que si el reemplazo de fuentes de luz se debe a una mala calidad en la iluminación, se podrá mejorar tomando en cuenta la información de los productos a instalar y los existentes para que el cambio de ambiente en el espacio sea intencionado y no una casualidad.
Compatibilidad del sistema de atenuación
Si el sistema de iluminación actual es atenuable, o se busca que así sea, es importante conocer cómo se realiza dicha regulación o qué sistema se va a implementar.
Cabe mencionar que no todas las fuentes de iluminación LED son atenuables, para ello es necesario que el driver esté diseñado para realizar dicha función. Además, el rango de atenuación suele variar de una lámpara a otra.
Por otra parte, la atenuación LED puede presentar problemas que no se presentaban con la incandescencia si los atenuadores no son compatibles con la fuente de luz. Algunos de estos fenómenos son el flickeo (pequeños cambios o parpadeo en los niveles de iluminación), flashing (la luz se enciende de forma intermitente mientras debe permanecer apagada) o ghosting (la iluminación se mantiene encendida en un nivel muy bajo al estar apagada), por mencionar algunos.
Los atenuadores para tecnologías anteriores pueden ser incompatibles con las nuevas fuentes de luz, por ello es importante realizar las pruebas pertinentes, sin importar que en el proyecto se hayan colocado atenuadores universales.
Dimensiones de las lámparas
Los focos o lámparas de LED suelen replicar las formas de los halógenos y, a la vista, pudiera parecer que son idénticas, incluso en las dimensiones. No obstante, la estructura de ambas es distinta. Una lámpara halógena cuenta con: ampolla, filamento, soporte del filamento, hilos conductores, soporte de vidrio y casquillo, mientras que la lámpara de LED está compuesta por casquillo, disipador de calor, driver o fuente alimentación, módulo de LED y difusor.